Flor de Oasis.®.

Flor de Oasis.®. 
(Cuento romancero de la Sevilla medieval)
Autor cuento romancero: Jorge Ofitas. 
Sevilla. 2013. ®. 

PRIMER ACTO.

 

Itamar: Poeta. (Oasis en Hebreo)

Jessenia. Hada (Flor en Árabe) 

 

 

En una villa muy hacendada, donde vivían caballeros cristianos, moros y judíos, existió un solitario poeta componiendo versos floridos. La noche mirando al wadi al-kabir pasaba, cantando a la luna, sus versos poetas. No se enamoró de una mujer rica y bella, tampoco de una estrella desposada, había un rumor que decía, que su amor era una hada. Más se armó una conjura, para matarlo a él y a su poesía pura. Y aunque el hada era pobre, a su amor aspiraban todos los nobles. Y he aquí una historia de amor, que ocurrió en Sevilla, hace tantos siglos; qué quién lo diría. 


Llega la que lleva cuentos al mercado, le dice al dueño de la almazara:

 

• He oído que hay una hada en Sevilla. Que a todos los hombres maravilla. Dijo la cotilla. 

• No sé de que hablas, contestó el almazarero. Y no te fiaré el aceite. Aunque tus ojos verdad dicen, me engaña tu afeite. 

• Está bien, si la ve un rey moro, nadie sabrá de ella. Si la ve el judío la seguirá con sus monedas, más si la ve el caballero cristiano, matará por su amor temprano. 

• Anda, vete de mi aceitera. Y no lleves fantasías embustera. 

 

Por el barrio Santa Cruz en la calle judería se oía un canto temprano todos los días. Era una voz tan bonita, que al compás trinaban las aves pequeñitas. Era primavera, el mes de abril, que la sangre altera. Y no hay mal que por bien no venga: Decía un mendigo mañanero también por el hada hechizado, en un naranjo en flor apostado. Antes de que cesara aquella voz angelical, apareció el poeta Itamar con un verso musical, rendido ante el mendigo, sin mirarle, le dijo:

 

• El romanticismo nunca será extinto. Aunque largas colas asolen, a los trovadores de la noche oscura. Oh poesía, quieren matarte. Dime mendigo, quién canta, de donde sale esa voz, dime de que parte. 

• Dame una moneda, para quif, vino y posada, y yo te chivaré donde vive el hada. 

• Te daré más mendigo. Solo promete si es cierto, y no solo te daré pan y posada, hambriento. 

• Pues suelta tus maravedíes, y esta sucia boca te dirá donde habita, el hada más bonita y llena de maravilla, que nunca habitó en Sevilla. 

 

Itamar el poeta dio las monedas al mendigo y este indicó el balconcillo florero, donde vivía verdadera, una hada que no sabía que lo era. El canto precioso había cesado, más al ser el poeta advertido, fue a parar bajo aquel balcón, y unos versos recitó, esperando respuesta sus latidos:

 

¿Quién vive ahí? 

¿No es una luz perfumada, 

solo propia de las hadas? 

Es el amor mismo. 

Un beso alado de las estrellas. 

Una luna bonita de Sevilla 

que ha bajado. Que maravilla. 

Mi corazón se sale. Oh. 

Si me cantas, el día será 

ligero para mi latir romancero. 

He venido eres mi amor. 

Lo he sabido antes, esta mañana, 

un azahar me sonrió, 

sé que eres una Diosa. 

Ilumíname la vida por Dios. 

Dame la vida con tu talle

vida mía. Que lo sepa

toda la calle judería… 

 

Recitó esto Itamar el poeta andalusí, al hada hebrea maravillosa, que Jessenia por nombre llevaba. Mas la supuesta hada, no contestó a la oda, y triste se marchó el rapsoda, buscando una posada, para ahogar en vino y quif su poesía enamorada… 

 

Continuará en segundo acto. 

 

Autor cuento romancero: Jorge Ofitas. 

Andalucía. 2013. ®. Europe. 2024. ®. 


 

 

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