Beso ratones. ®.

Beso ratones. ®.
(Un cuento de ratones y libros)
Jorge Ofitas. ®.

Érase una vez un servicio de inteligencia compuesto por tres ratones en un planeta donde el roedor era la especie dominante. Se dedicaban a analizar las palabras bajo un microscopio pasaban días las semanas intentando averiguar que significaba cada letra en su más ínfima esencia claro qué a través de un microscopio era imposible pero ellos y ellas lo ignoraban. Hastiados de tanto fracasar en sus pesquisas convocaron un oráculo para consultar a la gran madre ratona. Pero la gran madre les contestó que el tiempo daría y quitaría razones por lo que se quedaron peor que antes de la consulta. Colgaron sus batines y decidieron tirar la toalla respecto de sus exámenes científicos literarios. Convocaron al pueblo ratón para comunicarles que cesaban en el empeño por descubrir que significaba la poesía, la literatura, la filosofía y también la música, todas aquellas letras y notas eran imposible de descifrar a través de un microscopio. El ratón hechicero dijo que haría falta un gran milagro para dar con la respuesta ante el favor de la comprensión que negaban los dioses ratones.

Llegó el día. Todo el pueblo ratón se arremolinó junto al gran congreso del mundo roedor esperando que se abrieran las cortinas del gran balcón. La multitud roedora guardaba silencio sepulcral y se frotaban entre sí pues era su saludo. Justo entonces apareció el primer ministro ratón los tres científicos y el hechicero. El primer ministro tomó la palabra:

Querido pueblo ratón. Nuestros esfuerzos han sido en vano para llegar al corazón de las palabras y de las notas musicales utilizando los medios más avanzados con los que cuenta nuestra sociedad. No nos queda otra opción que aparcar el gran proyecto para averiguar de una vez que significa la poesía y la cultura. Volved a vuestros quehaceres tranquilos sabiendo que esto no ha ocurrido por la tacañería que caracteriza a nuestra especie.

Así que murmuraban mientras iban dispersándose. De repente una risa exagerada proveniente de una ratona surgió del tumulto. Todos callaron y miraron hacia la coqueta y joven roedora, los del balcón también.

- ¡Eh, ratona de qué ríes! ¿Y qué es eso que tienes en las manos?
- Es un libro de poesía que cuenta una historia. Nuestra historia.

Muchos quedaron pavorosamente bloqueados otros huyeron despavoridos pues los libros eran considerados no benditos como propagadores de algún virus que podía destruir el universo ratón aunque ni siquiera supiesen de donde procedían y los más peligrosos eran los de poesía. Entonces el primer ministro dijo a la ratona.

- Ratoncilla. Deja que miremos ese libro, cuéntanos que dice.

Los libros para esos ratones eran como para nosotros un sueño nunca vieron ninguno así que aquel era el primero. La ratona seguía leyendo el libro y no paraba de reír, de repente se puso seria y cerró el libro, cruzó las piernas y exclamó:

- En este libro dice que en otro mundo éramos enanos y robábamos queso a unos gigantes llamados humanos. Ah, también que vivíamos en las cloacas…

Todo el pueblo comenzó a reírse a carcajadas sin poder parar, con los engreídos que eran esos ratones y ratonas sobre todo el primer ministro y el ratón hechicero que era colorao. Tras la riso terapia se encontraban todos mucho mejor y el ratón más enriquecido invitó a queso para todos. Entonces se hizo la noche estrellada. La ratona seguía sentada allí en su sillita leyendo su libro ajena a que todos la rodeaban esperando que dijeran alguna cosas la mayoría embobados con la idea de contemplar el primer libro de las leyendas ocultas ratonas. El hechicero se plantó ante la ratona y le dijo.

- Dinos. ¿Cómo haces para entender esas palabras sin microscopio? Ayúdanos y tendrás queso gratis el resto de tu vida y además te pondremos la medalla ratona al éxito total con distinción de queso curado. ¿Cómo has aprendido?
- Se dice leer.
- ¿Leer?
- Sí, ratón hechicero.
- Bueno, dinos cómo conseguiste el libro y aprendiste a leerlo. Por favor, maga ratona.
- No soy maga, no. Solo pedí un deseo al súper ratón Pérez después soñé con él y que venía a salvarme de mi oscura ignorancia hasta que me enamoré y a la mañana siguiente encontré este libro debajo de mi almohadita calentita que estaba yo allí me quedé leyendo todo el día.
- ¿Pretendes que creamos que ha sido un milagro del ratón Pérez porque lo soñaste y te enamoraste?
- Es lo que ha sido. ¡Qué está pasando aquí con la verdad! Si no abrís vuestros sueños de amor nunca sabréis leer y menos escribir. No todo es queso y microscopio. ¡Hay un mundo de sabiduría fuera de nuestros escondrijos!

Todos y todas comenzaron a exclamar, susurrar y gritar; - Oh, oh, oh, leer, escribir, oh, oh, oh… No todo es queso… Oh, oh, oh… Asombradillos que andaban. Sorpresiva y misteriosamente la ratona se convirtió de repente en una niña humana tan bonita como un arlequín de estrellas. Cómo ningún ratón había visto nunca un humano y menos una humana quedaron asombrados y asombradas y las ratas más grandes y sombrías comenzaron a lanzar su mirada brillosa desde las oscuras balconadas con la firme idea de comérsela, tanto queso comenzaba hartar. Claro que los polis ratones intentarían impedírselo. Sin embargo, el primer ministro, los tres científicos y el hechicero quedaron aterrorizados porque en alguna excavación secreta del gobierno vieron una figura humana fosilizada zampándose un ratón pero esto no lo sabía el pueblo ratón ni nunca se lo dirían. Aunque si bien es cierto los ratones ratas y ratonas no eran del todo insensibles también tenían su patrón venerado llamado San Quesón un gran ratón que fue nombrado santo hacia muchos siglos por que convertía el agua en queso. Y su más encarnizado enemigo aterrador de sueños ratones de las leyendas un ser horripilante al que llamaban Hamelín de la Flauta era el temor de los ratoncillos y ratoncillas pues le producía pesadillas terribles cuando se iban a dormir según les habían contado sus mayores, por supuesto consideraban a los gatos el demonio; aunque nadie sabía allí muy bien que era un gato le temían por algún lejano recuerdo que atormentaba sus pensamientos pero ninguno de ellos ni de ellas había visto nunca ninguno.

Los polis ratones fueron a detener la niña humana antes de apresarla fue preguntada por el hechicero.

- Dinos. Eres humana o una rata hechicera de los bosques densos.
- Soy la ratona que trabaja en el ministerio de avances ratones. No soy humana ha sido al leer este libro que me cayó del cielo…

Por primera vez en el universo ratón alguien había conseguido escrutar las palabras de la poesía y la literatura y aprender a leer y a comprender lo importante que era para la evolución los libros, la escritura y la lectura. La ratona convertida ahora en niña preciosa leyó el libro de los misterios a todos y todas, también a las ratas y ocurrió que todos y todas se convirtieron en personas; soñando que una vez fueron ratones y ratonas. A partir de entonces vivieron en un mundo feliz donde lo más importante era leer, escribir y componer música aparte de zampar queso, claro está. ¡Y había muchas cosas deliciosas para comer! No solamente lacticinio.

- Un momento…
- ¿Sí?
- ¿Qué paso con la niña y el ratón Pérez?
- Ah, se me olvidaba. Cuando el ratoncito Pérez escuchó a la niña del mundo ratón leer aquel libro se convirtió también en un muchacho bello y poderoso luego se fueron a vivir juntos siendo muy felices el resto de sus días… O esto creo…
- ¿Y no se enamoraron?
- Supongo que se querrían mucho cuando se fueron juntos…
- ¿Y ya está?
- Sí, se acabó.
- Um, yo quiero más… No es justo…
FIN


Autor cuento: Jorge Ofitas. ®.
Spin. 2018. Europe.2042 .®.

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