La unión de los opuestos. ®. (En español)


La unión de los opuestos. ®. 
Microcuento. 
Realismo mágico. 
Fantasía mística. 
Autor: Jorge Ofitas. 


El erudito, un hombre de mediana edad, esperaba con un ejemplar del I Ching, también llamado l Libro de las Mutaciones en las manos, listo para la cita más importante de su vida. Ella, al llegar, sonreía mientras sostenía un ejemplar idéntico. Un presagio, un espejo. Sus ojos se encontraron por encima de los libros, y en el silencio que se instaló entre ambos, la mujer hizo una pregunta que lo cambió todo.

- ¿Estás dispuesto a hacer el sacrificio que tenemos que hacer para que se nos consigne y se nos otorgue la sabiduría del libro de las mutaciones como pareja?

El hombre no dudó. La música del café pareció desvanecerse para dar paso a una melodía que solo ellos escuchaban. Se puso de pie, le extendió la mano y la invitó a bailar. Ella aceptó, y en el centro del local, entre mesas y miradas discretas, comenzó su danza. No era una danza de pasos aprendidos, sino de la más profunda improvisación. Sus cuerpos se movían, se separaban y se volvían a encontrar en un vaivén que parecía una coreografía de la vida misma, con sus encuentros, desencuentros y la certeza de que cada paso, cada movimiento, era una mutación de sus almas.

La música volvió a ser audible y el baile terminó. Se miraron, sus manos aún entrelazadas. Él, con la respiración entrecortada y el alma ligera, la miró a los ojos y dijo: "Sí, amor mío, estoy dispuesto para el sacrificio."

Ella sonrió. Los dos se abrazaron. No fue un abrazo común, sino un pacto silencioso, una entrega total. En ese momento, el mundo que conocían se disolvió en un suspiro, y una luz intensa los envolvió. Cuando el destello se desvaneció, no eran las mismas personas. Él, ahora en el cuerpo de ella, era Yin. Ella, en el cuerpo de él, era Yang. Se miraron con asombro, reconociendo el alma del otro en un cuerpo que les era ajeno. O quizá no...

El Tao no era un personaje, ni un lugar. Era el abrazo que los transformó, el camino que los unió y el equilibrio que ahora reinaba en sus almas, por encima de los cuerpos. Era la propia mutación, la verdad oculta en las páginas en blanco. El sacrificio se había cumplido y el verdadero amor se había manifestado: la unión de los opuestos.

La empatía no es el caos, no es el cosmos, es el Tao
La unión de los opuestos. 


FIN


Autor relato: Jorge Ofitas. ®.
Spain.2025. Europe. 2025. ®.

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